La polarización obradorista agrega más violencia.
Lo ocurrido el pasado sábado 5 de marzo en el estadio Querétaro, es el reflejo de lo existente en nuestra sociedad, ya desde el sexenio de Felipe Calderón, el incremento de violencia en nuestro país ha venido en aumento, y con la presencia del narcotráfico así como la diversificación de estos grupos delincuenciales, son parte del mal el cual nos aqueja, el secuestro, la trata de blancas, el tráfico de órganos y de menores o la extorsión a migrantes, son parte de las actividades criminales colocándonos en un estado de shock sin que los diferente gobiernos pongan un hasta aquí, siendo totalmente rebasados.
Así ocurrió con la administración de Peña Nieto, quien no pudo bajar la tasa de crímenes ni tampoco el aumento de las actividades delictivas de los diversos cárteles, porque como se dijo anteriormente no solo es tráfico de estupefacientes o de armas sino también de lo demás, desplazando con ello personas debido al cobro del derecho de piso y las muertes contra quienes no se dejan doblegar, siendo esto una tierra sin ley; se esperaba actualmente un plan de ataque para disminuir todo esto tal como se le exigió al gobierno peñista, pero, pese haber tenido todas las soluciones durante su periodo de campaña, Obrador, lo único que ha implementado para disminuir el nivel de violencia en el país es solo su lema: “abrazos de lugar de balazos”, porque ni su guardia nacional ni tampoco la presencia del ejército en algunos estados ha dado resultado alguno.
Realmente México se ha ido a acostumbrando al nivel de violencia que se vive, la sociedad mexicana se encuentra acostumbrado a los descabezados, a las desapariciones forzadas, a los secuestros, a los desplazamientos por la presencia del crimen organizado, a asesinar en un velorio y desaparecer todo rastro de huella de la existencia de tales personas muertas, sin que las autoridades levanten alguna carpeta de investigación y solo se sepa a través de algún video vecinal; siendo eso en todos los estados del país, ninguno se salva, no se extraña ver en redes sociales grabaciones de sicarios ya sea en motos, autos o a pie asesinando sin tener alguna repercusión.
Agregando a todo lo anterior, la polarización de un gobernante lleno de odio, y que le es más fácil generar ese ambiente para mantener a la población en un estado shock tal como lo describiría la periodista Naomi Klein en su “doctrina de shock”, consistente en un manejo psíquico de masas basado en los experimentos de Ewen Camerón, muy recurridos por algunas naciones en el pasado para implementar el Neoliberalismo, siendo este, la misma técnica de Obrador para controlar la población implementado las viejas tácticas neopopulistas, de distracción, mientras destruye y saquea un país.
Los mexicanos nos encontramos confrontados, por un gobernante que no gobierna, implementando la hipocresía populista y el centralismo de los viejos regímenes priístas, ocasionando con ello el incremento de violencia en diversos sectores, el aumento de asesinatos de periodistas ha sido gracias a la actuación irresponsable de Obrador, lo ocurrido en el fútbol se escaló por el grado de concentración de agresión que tiene las personas gracias a lo visto en la actual administración, dando un ejemplo ha seguir en cada mala actuación de cada uno de los diversos actores políticos comenzando desde el presidente, quien solo le interesa ser popular y alabado por sus séquitos sin importarle el beneficio social y la integridad de sus gobernados.
Para allá va también Claudia Sheinbaum, quien solo le importó en este pasado fin de semana sus eventos, manejando un discurso feminista el cual no le queda, debido a sus ataques contra grupos de mujeres en toda su administración, sin mencionar el querer copiar todo lo que hace su “líder”, reflejando con eso, lo que nos espera si volvemos a votar por estos malos gobernantes.