El tiempo no para, para bien o para mal.
Después de casi un año de negociaciones, las conversaciones para reactivar el Plan de Acción Integral Conjunto, comúnmente conocido como el acuerdo nuclear de Irán, no han arrojado resultados positivos.
A medida que pasa el tiempo, es menos probable que se vuelva al acuerdo nuclear. Con respecto a la última ronda de negociaciones, el asesor de seguridad nacional de EE. UU., Jake Sullivan, reconoció que “volver a poner ese programa mediante al cumplimiento mutuo del JCPOA ha resultado más difícil en el transcurso de este año de lo que nos hubiera gustado”.
Hay dos posibles aspectos en la estrategia nuclear del régimen iraní:
Primero, la República Islámica claramente está prolongando las conversaciones para obtener concesiones significativas, particularmente de la administración Biden, y cumplir con todas sus demandas. Antes de regresar al acuerdo nuclear y cumplir con el JCPOA, los líderes de Irán quieren que se levanten todas las sanciones impuestas durante la anterior administración estadounidense. La Casa Blanca no debería ceder a las demandas de Teherán porque algunas de las sanciones impuestas por la antigua administración de Estados Unidos estaban relacionadas con las actividades terroristas del régimen y las violaciones de derechos humanos. Por ejemplo, en 2020, Estados Unidos sancionó a varios funcionarios y entidades iraníes por violaciones de derechos humanos, incluido el juez que supuestamente estuvo involucrado en la ejecución del luchador campeón iraní Navid Afkari, además, las sanciones impuestas a la unidad cibernética del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica también fueron un paso hacia el establecimiento de un programa más amplio que penalizaría a los agentes del régimen por sus intentos concertados de piratear los sistemas y organizaciones de otros gobiernos. Muchas de las sanciones anteriores facultan al pueblo iraní para seguir persiguiendo sus demandas de justicia, estado de derecho y democracia y para llevar a juicio a quienes han cometido violaciones de derechos humanos.
En segundo lugar, el régimen iraní podría retrasar las negociaciones para ganar tiempo y convertirse en un estado nuclear. Después de todo, Teherán continúa avanzando en su programa nuclear acelerando su enriquecimiento de uranio a material apto para armas.
Esta escalada ha causado preocupación entre algunos líderes europeos. El Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional publicó un estudio el 19 de noviembre de 2021. Analizó y describió el último informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica sobre las actividades nucleares de Irán. “Irán tiene suficiente hexafluoruro de uranio enriquecido (UF6) en forma de uranio enriquecido cerca del 20 y 60 por ciento para producir suficiente uranio apto para armas, tomado aquí como 25 kg, para una sola arma nuclear en tan solo tres semanas. Podría hacerlo sin utilizar ninguna de sus existencias de uranio enriquecido hasta en un 5 por ciento como materia prima. El crecimiento de las existencias de Irán de uranio enriquecido entre un 20 y un 60 por ciento ha reducido peligrosamente los plazos de ruptura”, dijo el instituto.
Además, al día siguiente de llegar a un acuerdo para extender el mecanismo de monitoreo de la AIEA reinstalando cámaras de vigilancia, el régimen iraní anunció el 15 de diciembre que no permitiría a la agencia ver imágenes de los dispositivos. “En otras palabras, la agencia no tendrá acceso a la información antes de que se levanten las sanciones”, dijo la agencia estatal de noticias del régimen iraní, IRNA, citando a Behrouz Kamalvandi, portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán.
Si bien los líderes iraníes afirman que el programa nuclear del país está diseñado para fines civiles, como el desarrollo de combustible para reactores de investigación, la producción de uranio metálico enriquecido es un paso crucial hacia la adquisición de armas nucleares. Incluso una declaración conjunta emitida por el Reino Unido, Francia y Alemania reconoció el hecho de que el régimen iraní “no tiene una necesidad civil creíble de I + D y producción de uranio metálico, que son un paso clave en el desarrollo de un arma nuclear”. Vale la pena señalar que el archivo nuclear del régimen iraní se ha llenado de sitios y actividades nucleares clandestinas, otra indicación de que la República Islámica probablemente tiene la intención de convertirse en un estado nuclear.
El peligro es que el régimen iraní está avanzando en su programa nuclear a un ritmo rápido, haciendo girar centrifugadoras y enriqueciendo uranio a un alto nivel, mientras que la comunidad internacional no tiene acceso para monitorear sus actividades nucleares o verificar qué tan cerca está de desarrollar armas nucleares.
En resumen, la política nuclear del régimen iraní parece basarse en un juego de suma cero en el que los líderes iraníes obtienen todas sus demandas o la comunidad internacional tendrá que convivir con un Irán nuclearmente enemistado con todos.