En tiempos donde todos contra todos..
La pandemia de COVID-19 ha resultado en una escasez de trabajadores en trabajos esenciales, principalmente debido a suspensiones temporales de la migración, cierres y falta de estrategias de planificación de la fuerza laboral a largo plazo. En consecuencia, muchos gobiernos en el Medio Oriente y África del Norte están luchando para hacer frente a la escasez de mano de obra en varias industrias, quizás lo más crítico es la escasez de médicos y enfermeras en los centros de salud que enfrentan una afluencia de pacientes.
De hecho, en una región que históricamente ha dependido en gran medida de la mano de obra extranjera, la pandemia ha puesto de relieve la importancia de tener mano de obra local para manejar las profesiones prioritarias. Muchos países, como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Omán, han tomado medidas para atraer personal local a sectores específicos. Recientemente, el Reino apareció en los titulares con planes para crear 213.000 puestos de trabajo para los saudíes en 2021 como parte de su programa de saudización.
Sin embargo, en el futuro, una estrategia de planificación de la fuerza laboral sólida y completa debería permitir eventos inesperados de “cisne negro” y garantizar una interrupción mínima en varias industrias y servicios básicos. Para desarrollar naciones resilientes en una era posterior a una pandemia, los gobiernos deberán considerar una variedad de escenarios, como epidemias, recesión económica, conflicto armado, actos de terrorismo, desastres ambientales y la interrupción del suministro de alimentos y agua. El objetivo principal de esta estrategia de planificación de la fuerza laboral debería ser proporcionar al mercado laboral suficientes talentos locales capacitados para apoyar la economía en tiempos tanto desafiantes como prósperos. Una estrategia nacional debe identificar los sectores prioritarios, las profesiones y las calificaciones necesarias para hacer funcionar la economía con interrupciones mínimas para los diversos interesados, incluida la población local.
Los analistas podrían considerar la salud, la educación, la atención social, la ciencia, la tecnología, la seguridad alimentaria y del agua, la infraestructura, la economía y las finanzas, la ciberseguridad y la epidemiología como áreas prioritarias que deben ser resilientes en tiempos de crisis.
Una evaluación exhaustiva de la fuerza laboral ofrecerá los valiosos conocimientos necesarios para formular una estrategia nacional. En primer lugar, los responsables de la formulación de políticas deben examinar el número total de graduados por especialización, centrándose en aspectos como el tamaño de la cohorte, el género, la ubicación geográfica y los niveles de calificación.
A continuación, un examen detenido de los patrones de empleo revelará déficits en la oferta laboral de acuerdo con el número total de empleados por diferentes familias laborales, niveles de habilidades y calificaciones, tasas de deserción escolar, tasas de desempleo, paquetes de compensación promedio, edades estimadas de jubilación, tasas de migración, tasas de rotación y retención, y proyecciones de la fuerza laboral por sector.
Además, una comparación de talentos locales versus extranjeros dentro de cada tipo de trabajo revelará marcadores de riesgo con posibles implicaciones de resiliencia. Comprender las causas fundamentales de estos desafíos individuales puede ayudar a los formuladores de políticas a diseñar políticas y programas efectivos para lograr niveles óptimos de suministro.
Para impulsar el mercado laboral con suficientes talentos calificados, se debe diseñar un plan de estudios educativo para inspirar a los estudiantes a buscar especializaciones estratégicas de alta demanda. Muchos gobiernos han lanzado programas educativos, actividades extracurriculares, clubes, ferias, excursiones, colecciones de bibliotecas y concursos sobre materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) con el fin de preparar a los estudiantes para futuros trabajos en estos campos.
También es importante involucrar a los consejeros profesionales motivadores para empujar a los estudiantes a continuar su educación universitaria en esas especializaciones específicas. Los formuladores de políticas podrían recomendar los mejores programas universitarios de clase mundial por especialización y establecer fondos de becas especiales para alentar a los estudiantes a estudiar localmente o en el extranjero.
Además, deben existir programas de desarrollo laboral y oportunidades de capacitación para mejorar las habilidades. Por ejemplo, el Ministerio de Recursos Humanos del gobierno de Singapur tiene un departamento de planificación de la fuerza laboral dedicado.
Una de las iniciativas emblemáticas lanzadas en los últimos años es el programa SkillsFuture, que ofrece formación y desarrollo laboral a los singapurenses a lo largo de sus carreras. Su TechSkills Accelerator, entregado en asociación con líderes de la industria, brinda oportunidades de capacitación y colocación en tecnología de la información.
Además, será necesario implementar políticas laborales eficaces, como paquetes de compensación lucrativos, iniciativas favorables a la familia y planes de jubilación, para atraer y retener talentos en sectores específicos. El gobierno de los Emiratos Árabes Unidos anunció recientemente que invertirá 24 mil millones de dirhams ($ 6.53 mil millones) para reclutar a 75.000 emiratíes para trabajos del sector privado.
El paquete de políticas implica una cuota de emiratización del 10 por ciento para las empresas privadas en los próximos cinco años, además de programas de capacitación pagados, subsidios para los emiratíes que trabajan en el sector privado y apoyo a los empresarios locales que buscan dejar sus trabajos gubernamentales y comenzar uno propio. empresas.
Las estrategias de planificación de la fuerza laboral deben monitorearse y actualizarse con frecuencia para reflejar los cambios en la demografía de la población, las transformaciones de la industria y los desafíos emergentes. Para asegurar una entrega efectiva de estas políticas y programas propuestos, los gobiernos nacionales deben fomentar asociaciones sólidas con gobiernos locales, pequeñas y medianas empresas, corporaciones multinacionales, escuelas, instituciones académicas, centros de investigación y agencias de capacitación, con roles y responsabilidades claros asignados a cada parte interesada.
En un mundo que cambia rápidamente, los gobiernos deben transformar sus estrategias de planificación de la fuerza laboral para enfrentar los desafíos futuros con resiliencia. Esto garantizará que sigan siendo competitivos y sostenibles independientemente de cualquier crisis.