Obrador, un presidente mezquino.
El 23 de diciembre del año pasado el canciller Marcelo Ebrard, garantizaba el abasto de vacunas para 100 millones de mexicanos, además agregó que habría en tiempo y forma, mientras se realizaba todo un protocolo con una simulación previa para obtenerlas, presumiendo haber sido nuestro país el primero en Latinoamérica en recibirla, los primeros en inoculación serían los trabajadores de la salud y posteriormente declararon aplicarlas a la población mayor a 60 años.
A tres meses de distancia de esa llegada de las primeras 3 mil vacunas traídas de Bélgica, no se ha podido terminar con la población de primer frente, es más existen protestas porque no han cumplido con esa encomienda, mientras a los mayores de 60 años, su aplicación se ha manejado con muchas complicaciones, casos como Ecatepec y algunas alcaldías en la Ciudad de México, los han tenido esperando bajo el sol o formados sin guardar distancias en algunos casos hasta organizando bailes sin guardar distancia para tenerlos ocupados mientras les toca su turno, pero eso sí, los denominados ciervos de la nación han estado en la fila de inoculación a la par de los médicos.
Mientras Pfizer anunciaba un retraso de entrega en febrero, México se comprometía con su población generando un calendario para distintos tipos de población, manejándolo todo dentro del inter de seis meses culminando en junio, justo cuando se termina el periodo electoral, pero con las demoras, le cayó “como anillo al dedo” al presidente para mantener enganchados a los mexicanos en la espera de la vacuna, mientras corre las campañas partidarias.
Se podría acelerar la aplicación de vacunas, pero el gobierno no ha permitido el otorgamiento de concesiones al sector privado para adquirirlas, y así ofrecerlas a la población que pueda pagarlas, inclusive a los médicos y trabajadores de la salud quienes laboran en hospitales no gubernamentales y que no fueron considerados pese a tratar en muchos casos a personas con Covid, esto ayudaría a generar rápidamente esta inmunidad de rebaño así como cubrir más población inoculada, pero la administración federal por decisión del jefe del ejecutivo lo tiene monopolizado, en discurso se encuentra aprobado pero en la práctica no.
Es claro que la vacuna, es un gancho publicitario para acaparar votos, ahí vemos spot en radio y otros medios de Morena presumiendo el haber otorgado un recurso partidista para la compra de dosis, claro, ese dinero proveniente del Erario público, pero por otro lado escuchamos anuncios de la Secretaría de Salud que son gratuitas y no se encuentran condicionadas, sin mencionar los folletos y papelerías de alcaldes o legisladores con pretensiones de reelección entregándolos a las personas donde se adjudican ser su partido y el gobierno morenistas quienes las gestionaron e invitándolos a ir a la aplicación de las mismas, olvidándose sobre la salud como un derecho humano.
Un payaso anunció la mezquindad de Obrador de acaparar el tema de las vacunas y reservarlas para los tiempos de elecciones, todos los morenistas y sus simpatizantes se indignaron, sin mencionar al presidente que lo manifestó en sus mañaneras, sin embargo el tiempo ha pasado y la cosa es clara, era verdad lo dicho por Víctor Trujillo, brigadas de la red armada por toda el país del gobierno federal llamados “servidores de la nación”, vistiendo chalecos color vino, los mismos tonos del partido Morena, quienes se han estado encargando para realizar la aplicación, levantando censos con fotos a las credenciales de electores y algunos otros datos, los cuales posteriormente gracias al INE, fueron impedidos para no seguir haciéndolos pero eso no evitó el continuar estos personajes en la organización de las aplicaciones, duplicando el trabajo con los trabajadores de la salud cuando ellos por décadas lo han manejado a la perfección con altos números diarios en cada campaña llevadas a cabo en sexenios anteriores.
En febrero se solicitó darse de alta en un portal de internet a los adultos mayores de 60 años para tener la oportunidad de adquirir la dosis contra el Covid 19, requiriendo datos en una página que inclusive no era funcional, al final, siendo México el único país donde se realiza esta situación, ni Chile lo lleva a cabo, nación latinoamericana rankeada como el primer lugar en aplicaciones, pese al retraso de Pfizer, demostrando con ello que una cosa es el discurso y otra la praxis; mientras en nuestro territorio la desorganización reina en dicha campaña de inoculación, por ineptitud o por conveniencia electoral; seguiremos esperando nuestro turno pero al ritmo del gobierno nos tocará hasta el otro año, si seguimos vivos, porque a cada día se van acumulando más muertos por el virus.