Del neoliberalismo al neopopulismo en América.
En países donde se ha instaurado el nuevo populismo, han experimentado la polarización social por arriba de los niveles nunca antes visto, sin explicarse académicos o analistas sociales y políticos la razón del porque sucede esto, considerando algunos factores estructurales o a la existencia de conflictos étnicos, y en algunos casos a las mismas acciones humanas, sin embargo el cansancio de economías fracturadas o pobres se encuentran permitiendo la presencia de dicho fenómeno en sociedades con la esperanza de tener una mejor calidad de vida o por lo menos para poder subsistir sin ver sus consecuencias.
En Argentina, con el gobierno de Cristina Kirchner, en el 2008, vivió una de las peores épocas de polarización social, comparada con el tiempo del peronismo de los años de 1945 a 1955, no había sucedido después de eso algo parecido hasta la fecha, esto ha generado desconcierto en diferentes sectores de la población, crisis económicas e inclusive afectaciones en los entornos familiares; el efecto generó consecuencias imprevistas, entre ellas movilizaciones laborales, y de ser una nación con un rápido crecimiento económico pasó a ser uno con evoluciones muy lentas, con la salida de los Kirchneristas, el país se torno con incertidumbre, y una posible estabilidad liderada por Mauricio Macri, sin embargo no fue contundente para la población optando de nueva cuenta por votar en favor del partido peronista, regresando con ello a Kirchner tras bambalinas a través del gobierno de Alberto Fernández.
Otra nación con un gobierno populista agregando un factor más el cual consiste en el autoritarismo se encuentra en Brasil, con Jair Bolsonaro, un presidente con ataques diariamente a diferente sectores de la población, atentando a la democracia social brasileña colocándola en un verdadero riesgo, las agresiones contra los medios de comunicación son otro agregado a la política implementada por Bolsonaro, generando amenazas y acoso a este gremio, además de colocar constantemente a sus oponentes como enemigos nacionales, y ahora con el Covid-19, ha crecido el descontento entre los ciudadanos quienes han salido a las calles para manifestarse en contra de la administración Bolsonarista, en cuestión económica el país se encuentra en riesgo de una recesión por la falta de cumplimiento de las promesas, a pesar de haber tenido el apoyo de los empresarios, sin embargo la carencia de conocimiento en dicho rubro ha colocado en jaque a los brasileños.
Estados Unidos y el populismo volcó a la sociedad en una controvertida época de división social con un presidente como Donald Trump, quien dedicó en su periodo al ataque masivo a sus opositores, teniendo otro factor en común con gobiernos populistas, la agresión a los medios de comunicación, sus discursos explosivos convirtieron a este personaje como algo negativo para los norteamericanos. Sectores sociales, laborales y empresariales colocaron al republicano en la Casa Blanca, sin embargo, su popularidad decayó con la presencia del Covid-19, sin mencionar la falta de asertividad en la disminución de la tasa de desempleo reflejo del poco crecimiento económico de esa nación.
México, con una economía asolada por muchas décadas sin dar tregua a la población, quienes han tenido administraciones de derecha y centro, sin obtener una satisfacción social por sus resultados, el neoliberalismo destruyó la poca credibilidad de los mexicanos, optando en el 2018 por un gobierno populista, quien se ha dedicado solo a atacar a sus opositores, agredir a los medios de comunicación, a desprestigiar las instituciones sin mencionar a sectores de la población descontenta con su administración y de intelectuales, a dos años de su mandato, el presidente López, ha generado polarización social no antes vista en la historia nacional, con una economía con cero crecimiento y una expectativa negativa en los siguientes años; esto es en resumen la sustitución de regímenes neoliberales a neopopulares, ambos dañinos al final de cuentas.