Eco-retos para la industria después de la tormenta Covid-19.
El brote de COVID-19 ha creado desafíos críticos para la humanidad, la economía mundial y el comercio mundial con sus múltiples aspectos. Antes del brote, la digitalización, el cambio climático, el crecimiento verde y la energía verde eran todas las “megatendencias” prominentes que han marcado los últimos 20 años tanto a nivel mundial como económico.
No estaría mal situar la “economía circular” entre estos elementos principales como otra megatendencia. Esto se debe a que las consecuencias de la pandemia y la lucha para hacerles frente, las soluciones y los enfoques, requieren directamente una economía circular.
El “enfoque de superioridad absoluta” de los últimos 250 años, que fue dirigido por el filósofo social y economista político escocés Adam Smith en la literatura económica y ahora uno de los “enfoques de superioridad comparativa” más aceptados, dirigido por el famoso economista británico David Ricardo, fueron ambos probados seriamente.
Ante una enorme crisis mundial provocada por el brote, los países se han dado cuenta una vez más de que es poco probable que satisfagan sus necesidades económicas básicas, como materias primas, productos intermedios, productos finales o energía en la medida que deseen, independientemente del enfoque que adopten.
Esta situación global y los hechos han aumentado nuevamente el valor de la economía circular.
Cambio climático.
Cuando la pandemia comience a perder su control en el mundo en medio de un proceso de vacunación efectivo, el tema del cambio climático, que estuvo en la cima de la agenda global hasta la pandemia, apoyará el inicio de una economía circular.
Las condiciones globales a las que nos enfrentamos requieren que todo tipo de productos para las necesidades de los 8.000 millones de habitantes del mundo sean sostenibles, que dejen muy pocos residuos o que no queden residuos, que se produzcan con una huella de carbono muy baja. Para lograr este objetivo, todos los componentes de los productos y materiales que diseñamos y fabricamos deben ser reciclables para que puedan volver a ingresar al sistema económico global.
El éxito de este proceso, comenzando por las economías, depende de la capacidad del mundo para crear una conciencia amplia a nivel nacional, regional y global, entre productores, intermediarios del comercio y consumidores.
El diseño, la producción y el consumo de los productos basados en los principios básicos de la economía circular sin duda merecen todo tipo de apoyo por parte de los gobiernos, especialmente a través de impuestos y fondos del sector público y privado, para la inversión y el desarrollo en el campo.
En este sentido, las prioridades para la economía circular son:
- El campo de la electrónica y las tecnologías de la información.
- Producción y uso de baterías utilizadas en muchos sectores.
- Todo tipo de industrias de vehículos
- Industrias del embalaje, del plástico, textil y de la construcción
- Mantenimiento de edificios y sector de la reparación
- Mejoras y enfoques en las industrias de la agricultura, la alimentación y el agua
Dentro de este ámbito, es vital actualizar el método de reciclaje de nueva generación que puede minimizar todo tipo de residuos. Es necesario establecer un patrón en todas las esferas de la vida, desde los negocios hasta los espacios laborales. Las infraestructuras y superestructuras de las ciudades deben diseñarse en consonancia con la economía circular. En resumen, la economía circular debe formar parte de la vida diaria. Esto es más que significativo para el futuro de la economía global.