Un presidente candidato en declive desesperado.
Las elecciones siempre han sido la manzana de la discordia, el gobierno en el poder quiere imponer a sus candidatos, ya sean neoliberales o neopopopulistas, cualquiera sea el color o bandera la cual ostentan, son iguales en ese tenor, uno menos hipócrita que otro, pero los presidentes han metido las manos en los procesos electorales, incurriendo en un delito, pero, por ser mandatarios, se sienten con el poder para hacerlo sin recibir castigo alguno, esto es abusar de su encargo, y debería de encontrarse estipulado en la constitución como una forma de destitución así como también la demencia.
López, ha demostrado ser el candidato eterno, nunca fue su intención el de gobernar, no sabe otra cosa, y realmente ha confirmado ser un peligro para nuestro país, no se la visto trabajar ni dar resultados, su mañaneras solo han sido un show mediático para posicionar su partido faltando de nueva cuenta a la constitución en su artículo 134 penúltimo párrafo sobre la difusión de propaganda la cual debe ser de carácter institucional y fines informativos, educativos, cosas no que no encontramos en sus presentaciones.
Su presencia en cualquier escenario es con un discurso explosivo, retador, acusativo sin pruebas, lleno de inexactitudes, con mentiras, con odios y rencores volviéndose personal con la intención de destrucción y divisionismo, algo nada sano a la democracia así como a la vida ciudadana, nunca ha sido para hablar de estrategias para solucionar un problema, de los tantos existentes en nuestro país, tampoco es para enseñar o educar, mucho menos el de dar resultados de algo de su trabajo porque nunca lo ha hecho, la información institucional tal como lo exige la constitución debe estribar en cuestiones de la labor del poder ejecutivo, pero lo contrario sus mañaneras son escenarios para atacar a sus adversarios desprestigiar, injuriar, y sobre todo posicionar a su partido como si fuera el dirigente del mismo, percibe un salario del erario público pagado por todos nosotros y no realiza absolutamente nada de sus funciones como mandatario.
Ahora, se encuentra metiéndose en las elecciones porque tiene miedo de que su partido pierda en muchos Estados, los diferentes cargos, tanto gubernaturas como diputaciones y con ello la posición lograda en el 2018, el mayor temor se encuentra en la Cámara de Diputados, no le importa incurrir en un delito electoral o verse tan descarado al hacerlo, por eso hace declaraciones directas, utiliza las instituciones como la Fiscalía para intimidar a los candidatos opositores, programa visitas al interior de la república, se dice ser ciudadano para hacer comentarios alusivos cuando él ya no lo es, por estar investido desde el primer día de su toma de posesión como primer mandatario, y haber jurado respetar la constitución la cual nunca lo ha hecho sino al contrario la atropella y la contraviene a su antojo.
Tiene en la mente que ganó en el 2018 por 30.11 millones de votos, y piensa que todos fueron simpatizantes de él, pero no toma en cuenta una cosa, la mitad de ese número sufragó en favor del menos peor, así como del hartazgo de la administración corrupta de Peña Nieto, otros por castigo y por indecisión, pero nunca por ser partidario de morena ni por su candidato presidencial, en sí, fueron votantes pasajeros, los cuales en menos de 2 años, se arrepintieron de su decisión y volverán ir a las urnas en sentido contrario, es algo no considerado dentro de su demencia por este personaje ni por sus seguidores, no se requiere de una oposición fuerte para derrotarlo, sencillamente un mal gobierno como lo ha hecho para volcar a la ciudadanía en su contra, mientras el inquilino de Palacio Nacional siga peleando con su sombra su popularidad se le estará yendo por la puerta trasera.
La tragedia de la línea 12, vino a derramar lo que ya sabíamos, esas corruptelas existente desde hace muchos años, utilizando la vieja frase escrita por Nicolás de Maquiavelo en su libro del Príncipe “los fines justifican los medios”, pero sin saber las consecuencias de sus actos, Marcelo Ebrard al entregar una construcción del metro inservible debió huir para no ser juzgado y castigado por fraude, existen muchas anomalías desde el inicio y es señalado en primer lugar en la lista de culpables por las 26 muertes, dentro de ella también encontramos a la jefa de gobierno Claudia Scheinbaum y su directora quien no ha querido dar la cara para afrontar su responsabilidad, así como principal cabecilla, López Obrador con su mala estrategia de utilizar la austeridad republicana para toda la administración pública demostrando con eso que no sirven para gobernar y exhibir su hipocresía de su supuesto combate contra la corrupción, ahora se derrumban cual fila de naipes de aquí al 2024.