Fábula de un país llamado “HUACRAlandia”
Había una vez un hermoso país de nombre HUACRAlandia; donde se erigían altas y majestuosas montañas, frondosas selvas y un imponente y fructífero océano. Los animales crecían y se desarrollaban en su máximo esplendor, bebiendo el agua pura y cristalina de los ríos y manantiales. Aún no había llegado el depredador más peligroso: el hombre.
En este país predominaba en gran parte de su territorio, el ganado: ovejas, cabras, bueyes, vacas, toros, carneros, entre otros. En los últimos 30 años, este hermoso rincón de la tierra se vio azotado por una manada de elementos extremadamente corruptos y sin escrúpulos de ninguna clase, que extendieron sus tentáculos a casi todos los niveles del país. Lo corrupto de la situación, incluso, acostumbró a la población que, lo ilegal y sus derivados, fuese algo “normal”. Esta debacle, la originó una familia de ovinos que emigraron del oriente. El carnero padre llegó a ser presidente y aprovechó su posición para descalabrar al país cometiendo los más graves e inimaginables delitos. Pero al final cayó de su pedestal y, tras un arduo, largo y justo juicio, fue condenado por muchos años, privado de su libertad, los que debía de cumplir en un corral-cárcel fuertemente custodiado. Pero, este carnero tuvo una hija, “Ismuy”, oveja que heredó las mismas y quizás hasta peores costumbres de la lacra perversa de su benefactor. Esta oveja también se inmortalizó en la política, como muchos de sus allegados y familiares, para continuar saqueando HUACRAlandia.
Robos indiscriminados, asesinatos y todo tipo de prácticas delictivas, fueron perpetrados por esta familia de ovinos orientales, siguiendo los lineamientos de la paupérrima “educación y valores 2 morales” heredados del reo ex presidente. Gracias a la titánica labor de unos jueces honestos e imparciales, pudieron recabar muchas pruebas de las fechorías de Ismuy, para poder denunciarla y comenzarle un juicio justo. Y para evitar que se fugara del país, mientras se iniciaba el proceso por el cuál se pidió una condena de más de tres décadas, los jueces lograron encarcelarla preventivamente. Inesperadamente apareció un virus mortal que empezó a diezmar la población, lo que aprovechó muy bien Ismuy para que le permitieran salir del corral-cárcel, “dicen que por precaución de contagio”. Ya estando en libertad, decidió presentarse a las elecciones presidenciales de HUACRAlandia que, coincidentemente se iniciaban. En esta lid electoral participaban muchos partidos políticos, destacando entre los más populares, el de un “buey” de ideas bastante retrógradas y hasta discriminatorias. El de un “carnero” de muy avanzada edad, que no presentaba nada nuevo. Pero sobretodo se destacó el partido de un “delfín hembra” que presentaba ideas buenas, orientadas a sacar de la extrema pobreza al país y combatir verdaderamente a la corrupción. Su postura se sustentaba en el hecho de haber recorrido varios océanos dónde se alimentó de ideas innovadoras. El resultado de las elecciones, asombrosamente y contra todo pronóstico, dieron como ganador a un nuevo nombre, “Pukará”. Un toro, relativamente joven e inexperto en la política, que obtuvo el más alto porcentaje, quedando la oveja hija del reo, en segundo lugar. Ambos porcentajes de votos aún no fueron suficientes para erigir al presidente, por lo que se debía ejecutar una segunda vuelta electoral.
“Nunca pensé que mi querido país se encontrara en tan terrible dilema”, piensa con mucha tristeza Jacinto, un joven ternero, como si se despertara de una terrible pesadilla. De pronto abre los ojos y ve que, miles de cabezas de ganado van caminando en una misma dirección. Van con los ojos desorbitados, como si estuvieran hipnotizadas, idiotizadas. Como si llevaran una invisible venda, que les impide ver, sentir, oír, y sobre todo pensar, analizar, comparar para, poder decidir por sus propios medios. Jacinto da la vuelta a la loma y comprueba que son más, son cientos de miles y hasta millones de cabezas de ganado, las que caminan lentamente y siguiendo una única dirección. Con pánico y horror comprueba que se dirigen hacia un acantilado, un profundo precipicio. En el basto territorio por el que caminan hacia el abismo, no hay pasto. En aquellas inmensas extensiones de terreno el suelo está “alfombrado” de teclados de computadores, caídos de otro planeta. A cada paso del ganado, Jacinto escucha el ruido del tic-toc de las teclas y en el aire van flotando likes, memes, enlaces, fotos y audios manipulados, generando una atmósfera densa y nauseabunda. Son millones de tic-tos’s que se escuchan opacando los balidos y mugidos. Aquellos habitantes de HUACRAlandia llevan en sus lomos marcas de distintos colores para, diferenciarse al grupo al que pertenecen. Los hay de color celeste, amarillo, morado, pero uno de los más predominantes es el anaranjado. Grupo que, como parte de su campaña, regala naranjas. Jacinto estaba sediento y con hambre, y decide aceptar una naranja. La abre, pero cuando la muerde, por dentro está podrida, ácida y amarga, que le recordó el sabor de la hiel. Incluso ve que, en su interior, cerca del corazón de la fruta, estaba llena de gusanos.
Pero felizmente Jacinto, también observa que hay ganado pensante, no es mayoría lamentablemente, que camina en dirección opuesta a la masa y se dirigen a los campos llenos de pasto verde y fresco. Regresa su mirada hacia los cerros y ve que van llegando al abismo las primeras cabezas de ganado. Abajo, al fondo del mismo, las esperan jaurías de lobos hambrientos. Empiezan a desbarrancarse las primeras, en una cadenciosa, tenebrosa y lenta estampida al vacío, caen por millares. Los lobos, primero les sacan las pieles para comercializarlas y luego hacen uso de todo el resto … o de casi 3 todo. Usan la carne y hasta las vísceras, pero algo no comen y lo dejan intacto. Después se van saciados de tanto tragar, dejando cerros de algo viscoso, baboso y sanguinolento, que pronto empieza a podrirse. El enjambre de moscas oscurece el área. Los lobos comieron todo, excepto el cerebro. Curiosamente el cerebro del ganado desbarrancado estaba podrido, y con pus, algo que no era apetecible ni para los lobos, pero si para las aves de carroña que no tardaron en aparecer y comenzar a engullir semejante manjar. Durante el festín aparece por los cielos un majestuoso cóndor hambriento. Aterriza, espantando a los buitres y al comprobar el menú, se resiste a engullir los cerebros podridos, su orgullo, no se lo permite. Alza su elegante vuelo y se aleja sublime e imponente en el mar azul del despejado cielo.
Se va con hambre, pero con la cabeza en alto y tranquilo de no haber quebrantado su dignidad.
Comienza la batalla por la segunda vuelta. Ahora HUACRAlandia se encuentra en un terrible conflicto, que desencadena quizás, el más grande y difícil dilema de su historia. Todo el país se divide a favor o en contra de los candidatos: el toro vs la oveja; Pukará vs Ismuy. Se enfrentan encarnizadamente ganado vs ganado, amigos vs amigos, padre vs hija, primo vs prima, madre vs hijo, hermano vs hermana, tío vs sobrino, abuelo vs nieto. En otras palabras, se enfrentan compatriotas vs compatriotas, familia vs familia. Los que defienden a Ismuy, se pueden clasificar, a groso modo, en cuatro grupos: primero, lógicamente están sus corruptos seguidores; segundo, los que prefieren, en su mayoría de buena posición, que el país continué como siempre, abriendo más y más la profunda brecha entre los pobres y “los otros”. Tercero, el grupo que tienen miedo al cambio. Miedo infundido por los más poderosos e interesados en que todo siga igual. Y, por último, está la masa, quizás la gran mayoría que simplemente se deja arrastrar en la dirección que los grupos de poder los arrean. Aquellos que los compran, por una fruta o algo de comer, para dejarse pintar sus lomos de anaranjado. Los poderosos están temblando, porque piensan y también divulgan que, en caso de salir elegido Pukará, HUACRAlandia se convertirá en un país de extremo socialismo y donde gobernarán los terroristas. Pero eso es lo que quieren hacerles creer a los incautos. Porque definitivamente, con Pukará les será imposible seguir robando como hasta ahora. Los partidarios a Pukará ven el renacer de una nueva esperanza, ven la posibilidad de un verdadero cambio. Pero hay una gran masa de votantes que simplemente darán su voto a Pukará como acto de rebeldía o de venganza a tanta corrupción. Los de extrema pobreza, no tienen nada que perder. A los pobres desde décadas les han arrebatado la esperanza y sus derechos mínimos. Hay muchos que no tienen nada, y, por ende, quizás con un cambio, salgan favorecidos de alguna manera. Pero, ciertos analistas pensantes, advierten que, no se puede ser ajeno a la figura que está detrás de Pukará. Un toro algo oscuro y venido de montes de dudosa reputación, que ha generado demasiadas controversias por sus ideas radicales y malas costumbres. Este toro llamado Orqo no pudo presentarse a las elecciones debido a procesos con la justicia y le cedió la silla de postulante a Pukará. Por todo esto, queda la gran incógnita: ¿Será Pukará, el que verdaderamente gobierne? o ¿será Orqo?
Para resumir; de Pukará, no se sabe nada en concreto, solo son conjeturas, porque es un elemento nuevo y desconocido en la política. El aire se carga de balidos y mugidos en contra de él. Lo que más temen sus adversarios es que sea verdad que detrás de él, gobierne Orqo, el toro de dudosas prácticas y de extremas izquierdas. De manera global, las opiniones contra Pukará se traducen en 4 un: quizás, probablemente, tal vez, posiblemente, a lo mejor, seguramente … pero a ciencia cierta, no se sabe que pasará si sale electo. La interrogante queda flotando en el aire. Y por el lado de Ismuy si se sabe lo que va a hacer. Aparte de escapar a la prisión que le espera y liberar a su padre y sus secuaces del corral-prisión. Ella continuará con las prácticas corruptas en su máximo esplendor. Prácticas muy conocidas y perpetradas por toda su familia y sus más íntimos allegados. Los que la conocen, temen que, en caso de salir presidente, HUACRAlandia, vuelva a ser víctima de la corrupción, los asesinatos, aniquilamientos, secuestros, golpizas, calumnias, insultos, cinismo, esterilizaciones forzadas, entre otros delitos, que realizó su padre. La famila oriental ¿volverá a traicionar la confianza que el pueblo depositó en ellos en el pasado?
Moraleja: ¡No permitamos que un conflicto político divida a familiares, amigos y seres queridos, resquebrajando el corazón y la esencia de toda una sociedad! ¡Infórmense, comparen, analicen y tomen una decisión seria, antes de elegir a su nuevo representante!
Traducciones de las palabras utilizadas, en el idioma Quechua:
Huacra = ganado
Ismuy = putrefacción
Pukará = Castillo
Orqo = Cerro