La gestación de un mito en los inicios del cine sonoro.
Nada sucede por azar. La película fue realizada y exhibida en determinado momento histórico (crisis del 29) y lugar geográfico (Estados Unidos). Es un reflejo de la situación económica, política y social; así como también, de la industria cinematográfica de la época. El gobierno del Partido Demócrata se ocupa de generar políticas de mediación cultural que mentalicen a la población en términos de asumir la crisis: esperanza y confianza en que la salida se consigue trabajando desde dentro del sistema. Se trata de una recomposición ideológica del orden social. King Kong, como manifestación cultural, juega ese rol; la censura aplicada a los 10 primeros minutos del filme lo demuestra. Aparecían escenas que mostraban con crudeza la realidad de la crisis en los barrios de New York y fueron suprimidas luego de ser detectadas en las primeras exhibiciones. Terminamos quedándonos con el robo de la manzana por parte de Ann: no tenía trabajo y tampoco para comer. Sin embargo, ella encuentra la solución aprovechando una oportunidad laboral. La película encierra mucho contenido simbólico representativo de la situación de crisis y la actitud que se pretende promover hacia ella, pero también nos habla acerca del desarrollo en la industria cinematográfica. Nos proponemos realizar un análisis iconológico para intentar desentrañar el significado de las imágenes y sus relaciones con la sociedad, en el contexto de la crisis económica del 29. Indagaremos acerca de sus repercusiones sociales, en tanto generadoras de escenarios imaginarios intrasubjetivos, promotores de modalidades identificatorias específicas que se dirigirán a las producciones cinematográficas. Necesariamente, los significados pasibles de ser subjetivamente proyectados en el filme, operarán como condiciones para su éxito, medido en cantidad de espectadores y traducido a importantes ganancias en dinero, de acuerdo a la lógica del sistema. El éxito de King Kong se debió a la identificación social con los contenidos de la película, pero no en un sentido de realidad en cuanto a su ser, sino desde una existencia que implica una potencialidad capaz de generar efectos inconscientes en el espectador que puedan traducirse en fuertes emociones. La clave es el impacto psicológico. Los deseos y temores latentes en el público, se ponen en juego al asociarse inevitablemente a las imágenes y el discurso. En otro orden de cosas, si consideramos el significado del término crisis, encontramos la asociación de dos ideas contrarias: el desequilibrio perjudicial generador de incertidumbre y la oportunidad a partir de la toma de decisiones que nos permita reequilibrarnos y evolucionar. La encrucijada social y su resolución a la interna de una lógica capitalista integradora del sueño americano. King Kong implica todo eso y más: la confrontación entre situaciones representativas de valores renovadores y conservadores; la batalla final es la victoria de la evolución y el éxito de la sociedad. El primitivismo es derrotado, es derribado de la cúspide del edificio (símbolo de éxito). Son los efectos del poder superior, determinado por el avance tecnológico (avionetas); vamos hacia el progreso y el fin de la crisis. La incorporación del sonido al cine tendrá mucho que ver. Todo esto tiene connotaciones morales, pero no en términos de buenos y malo, sino de intenciones adecuadas e inadecuadas representantes de valores mayores: el progreso enfrentado al atraso. La clave es el desarrollo tecnológico; las avionetas que destruyen las tendencias conservadoras del cine y la sociedad representadas como un gran peligro. King Kong es lo primitivo e irracional pero no por intenciones malignas sino por limitaciones propias. Es la ignorancia, el atraso, la resistencia al cambio transformador pero nunca la maldad que se satisface en sí misma con regocijo. Monta su espectáculo ante seres primitivos que lo adoran, veneran y tratan de contentarlo con ofrendas hasta que aparece la protagonista y lo cautiva con su belleza. Inevitablemente, siente la necesidad de dar un tratamiento especial a ese nuevo ser y lo defiende de todos los peligros que lo acechan; en ningún momento pretende devorarlo, solo quiere conservarlo y protegerlo. Esa belleza que se basa en la estética, en la imagen, característica fundamental presente en el cine y opuesta al sonido en términos de discurso verbal oral. El gorila responde a gritos (los de Ann), sonidos que alertan del peligro pero desconoce el lenguaje verbal; es ignorante, primitivo; no ha podido descubrir su importancia. El objeto que tiene en sus manos representa valores estéticos y sonoros (gritos como señal de peligro). Ésta es la alegoría que simboliza la confrontación y los cambios en el cine. Es un nivel de análisis que está fuertemente asociado al de la crisis y su salida mediante un cambio drástico que nos lleve al progreso y la prosperidad. Es interesante el rol de los personajes centrales; el héroe adquiere dos facetas y una caracterización diferente a la habitual. Denham es el productor y director aventurero que se arriesga en busca de lo desconocido. Sin riesgo no hay éxito; esta es su parte heroica. Cuando aparece el peligro va hasta las últimas consecuencias: hay que cargar al gorila en el barco, es la oportunidad, el negocio que los disparará a la cima. La tripulación no cuestiona la decisión, prima lo material, por el dinero vale arriesgar la vida. Es el precio a la salida de la crisis dentro de los valores del sistema capitalista: el éxito empresarial. La otra cara del heroísmo está más relacionada al aquetipo del valiente (Jack Driscoll) que pretende salvar a la actriz (Ann Darrow). En realidad, esa función la terminan cumpliendo las avionetas de combate, la tecnología, el progreso, que, a su vez, también salvan al cine representado por la protagonista: su belleza se integra a lo estético. Denham al final afirma que a King Kong en realidad lo mató “la bella”, y, en el barco, Jack augura los problemas que causará Ann por ser mujer (además se enamora de ella). Lo interesante es que la muchacha es el centro del problema sin proponérselo; su belleza es el motivo. La razón del conflicto es la disputa por un objeto estético que cautiva; se lo quiere poseer, conservar para contemplarlo o establecer una relación contractual (matrimonio). Son dos formas diferentes de relacionarse con él. Lo contractual puede asociarse al cine como negocio.
Sonido y efectos especiales.
En otro orden de cosas nos interesa referirnos a la importancia del sonido, ya sea música o lenguaje verbal. En el primer caso, como promotor y reforzador de estados emocionales en las diferentes escenas. Podemos apreciar una música calma y relajante en momentos de desplazamiento del barco, en contraposición al peligro sugerido por la banda sonora en conjunción con los tambores durante el ritual de ofrenda a Kong por parte de los nativos. Importa el contraste porque a partir de allí se logra establecer la diferencia y luego basta con escuchar la música para asociarla con el tipo de circunstancia que se avecina. También hay que resaltar el valor del lenguaje verbal como agilizador de la acción. Ya no se trasmite solo con el cuerpo sino también con la palabra, además de la música. Son varios elementos conjugados que dinamizan y refuerzan la emoción sin el corte y la espera que significaban los intertítulos explicativos. En cuanto a los efectos especiales están jugados en función de la magnificación. El tamaño y ferocidad con que se presentan las bestias refuerza el temor debido a la magnitud y peligrosidad de la empresa. Están al servicio de la representación de lo imponente; del desafío que a pesar de todo puede ser sorteado, como el final de la película lo demuestra. En su estreno, el filme fue acogido con gran entusiasmo por el público y tuvo un gran impacto en la cultura popular de la década del 30. Fue una de las películas más vistas. Por otra parte, mantiene semejanzas con algunos aspectos del cuento de La Bella y La Bestia, acerca del cual hay múltiples versiones. Es una historia donde el animal grotesco se enamora de la mujer hermosa quien, de alguna forma, logra apagar momentáneamente toda su agresividad. El componente que alude al enamoramiento (presente en el cuento) está sugerido aunque no enfatizado, hay alguna posible alusión a la sexualidad cuando Kong manipula la ropa de Ann con el dedo mientras la tiene en su mano. También está la protección; hay una ausencia de entendimiento de la situación, hay primitivismo, no hay comprensión del lenguaje, y se dan interpretaciones erróneas: los periodistas fotografiando y hablando a la pareja (Ann y Jack), se produce la ira del gorila por creer que están atacando a su protegida. En el cuento, Bella y Bestia se comunican verbalmente y no está presente esa sugerencia al primitivismo y desentendimiento de las situaciones, sino al drama del personaje feo y de buen corazón que por tal no puede acceder a la muchacha hermosa. Este último punto está contemplado en la película pero de forma diferente, hay una barrera cultural de por medio que diferencia al animal del ser humano. El lenguaje juega un papel importante en esta diferencia y solo puede ser enfatizado en el cine sonoro.
Película de culto.
Finalmente, nos referiremos a King Kong como un filme de culto. El personaje ya es leyenda universal a partir de esta primera película. Ha tolerado remakes e incluso variantes temáticas basadas en la misma historia. Obviamente que, el éxito comercial original promovió la existencia de las versiones subsiguientes. La pregunta clave es: a qué se debe esa vigencia? Suponemos que podría explicarse por lo universal de la temática, tanto explícita como implícita. Creemos que lo que perdura en el tiempo es conocido por una cultura y se repite, es como la reedición de ciertos conflictos y sus soluciones a nivel simbólico. La temática y sus personajes, tal cual están trabajados en la idea general, más allá de sus variantes, satisfacen necesidades inconscientes del espectador que, justamente, son repetidas por diferentes generaciones por ser universales. En King Kong están jugados algunos de los grandes conflictos humanos arquetípicos: la incompatibilidad del feo, con la bella; la oposición entre lo primitivo y lo evolucionado, el héroe que salva a la muchacha de las garras del animal malvado, etc. Un combo de circunstancias con las que cualquier humano podría identificarse dentro de nuestra cultura.