Remembranza.
Absorta en mis pensamientos
surges como estela oscura
que me lleva a mi juventud.
Sombras ceñiste sobre mi
yo que en otrora fui haz de luz
me arrojaste al averno
con tu nefasta perversión.
Maldita la hora
de aquel encuentro
con saña
decantaste tu hiel.
Ahora confronta el desquite
para sosiego de mi espíritu
descenderé al infierno
con la dulce satisfacción de la miel.
Con la daga empuñada aún
miras con asombro mi serenidad
mientras se esfuma
tu hálito infame.
Recorre mi ser
una corriente de placer
al verte caer
arrodillado ante mí.
Sólo una mueca
en lugar de sonrisa
se deja ver
en mi rostro otoñal.
La cuenta
ha sido saldada
ya no habrá
más remembranza.