La didáctica: una ciencia aplicada práctica y personalizada. Pt. 2 – Final.
Acto didáctico, metodología y estrategias de enseñanza.
Nos aclaran (López Gómez, Cacheiro, Camilli, & Fuentes, 2016) que la enseñanza se concreta en el acto didáctico, concebido por Titone (1966) como un acto esencialmente comunicativo, de intercambio bidireccional entre docente y discente en un escenario social de enseñanza. Por su parte, Medina (1988) concibe la comunicación didáctica como una relación de co-implicación existencial y social que se establece entre los agentes del proceso educativo, determinada por el escenario del aula, centro y entorno, la biografía y las expectativas de aquellos y de la comunidad escolar, mediante el empleo del código verbal y los signos no verbales para conseguir la formación integral de los estudiantes.
Parece mentira que, en muchos institutos de formación de profesorado se hable sobre didáctica todo el tiempo, pero los docentes no las apliquen de manera razonable a la hora de enseñar, logrando confundir al docente neófito. No debemos olvidar, de ninguna manera que la didáctica es una ciencia viva, práctica que la mejor forma de formar a un buen docente no es definiendo la palabra didáctica, sino aplicándola de momento en momento. En otro orden de ideas (López Gómez, Cacheiro, Camilli, & Fuentes, 2016) nos señalan que los medios didácticos y recursos basados en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) constituyen un aliado en los procesos de innovación docente cómo se ha constatado en numerosas investigaciones. El desarrollo de la web 2.0 o web social ha facilitado la tarea educativa a través de la selección y reutilización de estos recursos y ha puesto al alcance de los docentes la posibilidad de su creación con editores web a nivel de usuario (blog, sitios web, wiki, etc.). Una adecuada integración de estos medios y recursos en el proceso de enseñanza-aprendizaje requiere que el docente cuente con oportunidades para una formación permanente en competencias TIC para aplicar las estrategias didácticas adecuadas en cada momento a la especificidad del contenido y las potencialidades de cada medio. Para ello se presentan en este capítulo tipologías, criterios, estándares, modelos y ejemplificaciones para integrar la didáctica y las TIC que permiten afrontar propuestas de innovación de la práctica docente.
Sobre el uso de las tecnologías en didáctica (Medina Rivilla) nos dice que la visión tecnológica se apoya en la ciencia y en la planificación sistemática de las acciones propias de la tarea de enseñanza-aprendizaje, entendida ésta como la estructuración y justificación del conjunto de procesos y modos de intervención más adecuados y ajustados que podamos llevar a cabo. El saber y la acción tecnológica han tenido en el pensamiento positivista y en las nuevas tecnologías sus apoyos teórico-aplicados más fundamentados, considerando que el proceso de enseñanza-aprendizaje ha de ser adecuadamente planificado y ajustadamente realizado encontrando en la previsión razonada y en el análisis de las necesidades y contextos formativos las claves de los modos de acción y desarrollo del saber hacer más apropiado para alcanzar el modelo instructivo-formativo más estimado. La visión tecnológica se apoya en modelos explicativos del proceso de enseñanza-aprendizaje que necesitan ser construidos desde la aportación de los procedimientos y concepciones rigurosas del posible modo de actuar de los seres humanos, orientados por las finalidades formativas más valiosas que cada comunidad educativa ha de seleccionar y valorar.
La Didáctica se genera como saber formalizado y reflexivo (LA REFLEXIÓN).
Uno de los aportes más trascendentales en cuanto a la reflexión en la profesión docente lo tenemos con Schön (1992), La reflexión en la acción son los mecanismos que utilizan los profesionales reflexivos para poder desarrollarse de forma continua y aprender de sus propias experiencias, como nos lo explica Schön (1992). En el mismo libro (Schön, 1992) nos habla sobre tres elementos reflexivos docente: la reflexión en la acción, que nos habla de la reflexión en acción y del uso del diario reflexivo a través de la descripción, reflexión y transparencia, nos invita a reflexionar en nuestra práctica diariamente para conocer nuestras fortalezas y debilidades. El prácticum reflexivo nos invita al profesionalismo a que debemos aprender haciendo, a tener profesionalismo y a la vez ser artistas de nuestra profesión. Y por otra parte está el profesional reflexivo que nos invita a cuestionar nuestro accionar, confrontar nuestros pensamientos para llegar a una comprensión profunda.
Prácticas activo-participativas.
Si las estrategias didácticas utilizadas a la hora de enseñar no rinden sus frutos lo ideal sería realizar cambios en las mismas. El uso de estrategias correctas podría provocar actividades que encaminen a nuestros alumnos hacia un aprendizaje significativo, para esto debemos contar con metodologías activo-participativas que logren llevar al alumnado a profundizar en sus estudios a través de elementos que mantengan el interés y la emoción en lo que se quiere aprender. De acuerdo con Espejo & Sarmiento (2017) las metodologías activas de enseñanza-aprendizaje tienen como fin último maximizar las probabilidades de que los estudiantes aprendan en una cierta situación implementada por el profesor. Las prácticas activo-participativas son estrategias que utiliza el docente para lograr un aprendizaje significativo en sus estudiantes. Antes del docente aplicar estas estrategias se recomienda una profunda reflexión anterior para así aplicar las estrategias de acuerdo a las necesidades de los alumnos.
Las estrategias metodológicas activo-participativas son utilizadas para:
- Fomentar discusión (Preguntas en duplas, entrevista en tres etapas, cabildo abierto, etc.)
- Técnicas de enseñanzas recíprocas (apuntes colaborativos, preguntas en pares, etc.)
- Organizadores gráficos (mapas conceptuales, redes de palabras, etc.)
- Técnicas centradas en escritura (edición de pares, escritura colaborativa).
- Metodologías activo-participativa en toda unidad (aprendizaje basado en proyectos, estudios de casos, etc.)
El aprendizaje significativo.
En el contexto de la teoría constructivista se entiende como un proceso de construcción del conocimiento esencialmente individual e interno que depende del nivel de desarrollo cognitivo, de los componentes motivacionales y emocionales, y es inseparable del contexto social y cultural en el que tiene lugar (Coll, 2002).