Raisi abriendo fronteras… dejando dudas a la comunidad internacional.
El presidente electo de Irán dijo este lunes que “no hay obstáculos” para restablecer los lazos con Arabia Saudita, pero dijo que no está dispuesto a negociar sobre los misiles balísticos de Teherán o el apoyo a la milicia regional. Ebrahim Raisi hizo el comentario el lunes en una conferencia de prensa con periodistas, la primera desde que ganó las elecciones del viernes de forma aplastante.
“No hay obstáculos por parte de Irán para reabrir embajadas… no hay obstáculos para los lazos con Arabia Saudita”, dijo.
Se autodenominó “defensor de los derechos humanos” después de que se le preguntara directamente sobre su participación en las ejecuciones masivas de 1988 de unas 5.000 personas.
“Estados Unidos está obligado a levantar todas las sanciones opresivas contra Irán”, dijo.
Raisi formó parte del llamado “panel de la muerte” que condenó a muerte a presos políticos al final de la guerra Irán-Irak de los años 80.
Raisi dijo que la política exterior de su país no estará limitada por el acuerdo nuclear de 2015, en su primera conferencia de prensa desde su victoria en las elecciones del viernes. “Nuestra política exterior no se limitará al acuerdo nuclear”, dijo Raisi en Teherán. “Tendremos interacción con el mundo”. “No ataremos los intereses del pueblo iraní al acuerdo nuclear”.
La victoria de Ebrahim Raisi se produce en medio de la participación más baja en la historia de la República Islámica. Millones de iraníes se quedaron en casa desafiando un voto que consideraron inclinado a favor de Raisi.
De los que votaron, 3,7 millones de personas anularon sus boletas, ya sea accidental o intencionalmente, mucho más que la cantidad vista en elecciones anteriores y sugiriendo que algunos no querían ninguno de los cuatro candidatos. En los resultados oficiales, Raisi obtuvo 17,9 millones de votos en total, casi el 62 por ciento del total de 28,9 millones emitidos.
La elección de Raisi pone a los partidarios de la línea dura distribuidos en todo el gobierno, mientras las negociaciones en Viena continúan tratando de salvar un acuerdo destinado a limitar el programa nuclear de Irán, en un momento en que Teherán está enriqueciendo uranio al 60 por ciento.