OTAN prorroga a su secretario general. Ucrania aún en sala de espera…
La OTAN ha decidido prorrogar un año más el contrato del secretario general, Jens Stoltenberg, con la intención de seguir contando con un líder experimentado para dirigir la alianza militar, en medio de la encarnizada guerra de Rusia en Ucrania.
El jefe de la OTAN, ex primer ministro de Noruega, dirige la alianza desde 2014. Su actual mandato expiraba el 1 de octubre. Su mandato ya ha sido prorrogado en tres ocasiones anteriores.
La noticia de su última prórroga llega una semana antes de la cumbre anual de la Alianza, que este año se celebrará en Vilna (Lituania).
Stoltenberg celebró la decisión de los miembros de la OTAN en un tuit, escribiendo: “El vínculo transatlántico entre Europa y Norteamérica ha garantizado nuestra libertad y seguridad durante casi 75 años, y en un mundo más peligroso, nuestra Alianza es más importante que nunca.”
Sus partidarios consideran a Stoltenberg, de 64 años, una figura fiable que ha desempeñado un papel clave en la creación de consenso en la Alianza.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó en un comunicado que el “firme liderazgo, la experiencia y el juicio” de Stoltenberg han ayudado a la Alianza a superar algunos de los “retos más importantes para la seguridad europea desde la Segunda Guerra Mundial”.
El Primer Ministro británico, Rishi Sunak, saludó la noticia afirmando que “la OTAN ha evolucionado para hacer frente a las nuevas amenazas, ha seguido protegiendo a nuestros pueblos y se ha mantenido firme en su apoyo a Ucrania.”
Mientras tanto, Ucrania, que espera unirse a la alianza, dijo que el apoyo noruego ha sido importante.
“Excelentes noticias… Tiempos difíciles exigen un liderazgo fuerte. Jens Stoltenberg lo ha demostrado. Espero que nuestra cooperación siga adelante”, declaró en Twitter el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.
Stoltenberg continuará en el cargo hasta el 1 de octubre del próximo año.
Sus próximas tareas incluyen supervisar la transformación de las fuerzas de la OTAN para volver a centrarse en la defensa contra cualquier posible ataque ruso, y concentrarse en misiones más allá de sus fronteras, como en Afganistán, los Balcanes y el Mar de China Meridional.