UE como mediador en situación Kosovo-Serbia
Los líderes de Kosovo y Serbia no lograron llegar a un acuerdo para resolver los problemas fronterizos y de reconocimiento mutuo de larga data en medio de las recientes tensiones en la región, dijo el jueves el principal funcionario de política exterior de la Unión Europea.
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, sostuvieron conversaciones en Bruselas durante una reunión que, según el máximo diplomático de la UE, tuvo lugar “en modo de gestión de crisis”.
Josep Borrell, el alto representante de la UE para asuntos exteriores, anunció después de que los dos líderes se reunieran: “Hoy no hay acuerdo”. Dijo que Kurti y Vucic accedieron a más discusiones de forma regular para acelerar el proceso de normalización de los lazos entre sus países.
No hubo comentarios inmediatos de Vucic y Kurti. Los medios serbios dijeron que Vucic se “dirigiría” a su nación el viernes.
Kosovo es una antigua provincia de Serbia, que se ha negado a reconocer la declaración de independencia del país de 2008. Una intervención encabezada por la OTAN en 1999 puso fin a una guerra entre las fuerzas serbias y los separatistas en Kosovo y detuvo la sangrienta represión de Belgrado contra la mayoría de los albanokosovares.
La Unión Europea ha supervisado años de conversaciones para normalizar sus lazos, diciendo que esa es una de las principales condiciones previas para la eventual membresía de Kosovo y Serbia en el bloque de 27 naciones. El propósito de la reunión del jueves “era calmar la situación sobre el terreno”, dijo Borrell.
Las tensiones entre Serbia y Kosovo se dispararon nuevamente a fines del mes pasado cuando el gobierno de Kurti declaró que los documentos de identidad y las placas de los vehículos serbios ya no serían válidos en el territorio de Kosovo.
La minoría serbia, que vive principalmente en el norte de Kosovo, reaccionó con ira, bloqueando las carreteras, haciendo sonar las sirenas antiaéreas y disparando armas al aire y en dirección a los agentes de policía de Kosovo. Nadie salió herido.
Bajo una aparente presión de Occidente, Kurti pospuso la implementación de la medida por un mes, hasta el 1 de septiembre. “Estamos en un momento crítico para Europa”, dijo Borrell de la UE. “Después de la invasión rusa de Ucrania, nos enfrentamos a un momento dramático y muy peligroso para nuestro continente, y este no es un momento para aumentar las tensiones”.
“Es hora de buscar soluciones a problemas de larga data”, agregó.
Junto con Serbia, sus aliados Rusia y China no reconocen la independencia de Kosovo, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos y la mayoría de los demás estados occidentales.
Hay temores en Occidente de que Rusia pueda alentar a Serbia a una intervención armada en el norte de Kosovo que desestabilizaría aún más los Balcanes y desviaría al menos parte de la atención de su guerra en Ucrania.