El paso esperado para Ebrahim Raisi.
Las principales señales apuntan a la alta probabilidad de que el presidente iraní, Ebrahim Raisi, haya sido seleccionado para ser el próximo líder supremo del país.
El modus operandi del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, siempre se ha basado en señalar con el dedo acusador a sus presidentes, en todo el espectro político, por los problemas políticos y económicos del país. Al culpar a otros funcionarios, Khamenei intenta evadir la rendición de cuentas y la responsabilidad. Este fue el caso de los ex presidentes, incluido el llamado moderado Hassan Rouhani, el reformista Mohammad Khatami y el intransigente Mahmoud Ahmadinejad.
Pero Khamenei ha adoptado un enfoque diferente cuando se trata de Raisi. En un movimiento sorprendente, Khamenei, quien criticó con frecuencia las negociaciones nucleares bajo la presidencia de Rouhani, respaldó recientemente a Raisi durante una reunión con la administración de línea dura de este último.
Remarcó que los esfuerzos de la administración de Raisi fueron “fieles y diligentes” y que las conversaciones nucleares “avanzan correctamente”. Agregó: “Hasta ahora nuestro equipo negociador ha resistido ante las exigencias desmedidas de la otra parte y, si Dios quiere, (esa resistencia) continuará.
“No tiene nada de malo criticar y comentar su desempeño, siempre que esté libre de sospechas y pesimismo y, como he dicho muchas veces, no debilite los elementos del campo y decepcione a la gente”.
Además de las conversaciones nucleares, el líder supremo de Irán también ha elogiado a Raisi en otras áreas. Durante una reunión con el jefe del poder judicial y otros funcionarios, Khamenei declaró: “Raisi fue un ejemplo destacado del movimiento yihadista que siempre defendemos, que trabaja día y noche para lograr un buen resultado”.
Además, agregó Khamenei, Raisi “revivió la esperanza de la gente por el poder judicial, y este asunto es una gran riqueza social para el país… debemos felicitar a Sayyed Ebrahim Raisi por sus incansables esfuerzos durante los dos años y un poco más en los que estuvo Presidente del Tribunal Supremo de Irán”.
Hubo indicios hace varios años de que el régimen estaba preparando a Raisi para ser el próximo líder supremo de Irán.
Por ejemplo, Raisi se postuló para presidente en 2017 y el régimen esperaba que ganara. Sin embargo, el establecimiento teocrático cometió varios errores; el Consejo de Guardianes aprobó a algunos moderados, probablemente pensando que era menos probable que la gente votara por Rouhani por segunda vez debido a la mala gestión de la economía por parte de su administración, así como al fracaso de Rouhani en cumplir sus promesas de campaña de mejorar las libertades sociales, políticas y religiosas de las personas.
Para muchos iraníes comunes, la elección presidencial fue una elección entre mal y peor. Como resultado, votaron por el llamado moderado Rouhani para evitar que ganara el intransigente Raisi. Rouhani ganó por un amplio margen, con el 57 por ciento de los votos emitidos en comparación con el 38,5 por ciento de Raisi.
La próxima vez, el régimen aprendió sus lecciones y el Consejo de Guardianes introdujo muchas restricciones, como anunciar que “todos los nominados deben tener entre 40 y 70 años de edad, tener al menos una maestría o su equivalente, tener experiencia laboral de al menos cuatro años en cargos directivos… y no tener antecedentes penales”. El Consejo de Guardianes incluso descalificó a algunos de los principales conocedores del régimen, como Ali Larijani, para eliminar cualquier obstáculo que pudiera impedir que Raisi se convirtiera en presidente.
Vale la pena señalar que Raisi encaja con lo que la República Islámica está buscando en el próximo líder supremo.
Primero, no duda en usar la fuerza brutal y tomar medidas enérgicas contra cualquier oposición y aquellos que se oponen al régimen. Por ejemplo, cuando era fiscal adjunto de Teherán, estuvo involucrado en una de las ejecuciones masivas más grandes del mundo.
Recientemente, una resolución bipartidista del Congreso estadounidense arrojó luz sobre el alcance y la naturaleza de esta masacre, en la que miles de personas fueron ejecutadas, incluidos niños y mujeres embarazadas. Según la resolución, “durante un período de cuatro meses en 1988, el Gobierno de la República Islámica de Irán llevó a cabo ejecuciones bárbaras en masa de miles de presos políticos y muchos grupos políticos no relacionados… según un informe de la Oficina de Derechos Humanos de Irán. Centro de Documentación, la masacre se llevó a cabo de conformidad con una fatwa, o decreto religioso, emitido por el entonces líder supremo, el ayatolá Ruhollah Khomeini”, que apuntaba principalmente a miembros del grupo de oposición, el Consejo Nacional de Resistencia de Irán.
En segundo lugar, las políticas de Raisi están alineadas con las del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y su rama de élite, la Fuerza Quds. Probablemente permitiría que el IRGC ejerza más poder en el país y en la región.
En resumen, todos los acontecimientos apuntan a la alta probabilidad de que Raisi haya sido elegido personalmente por Khamenei y el cuadro superior del IRGC para ser el próximo líder supremo de Irán.