Sudán: El gobierno se queda.
Este domingo se firmó un gran acuerdo para revertir la toma del poder militar en Sudán, casi un mes después de que el principal general del país derrocara al primer ministro.
Arabia Saudita elogió el acuerdo y dijo que el Reino “afirma la firmeza y la continuidad de su posición en apoyo de todo lo que pueda lograr la paz y mantener la seguridad y la estabilidad en Sudán”.
Expresó la esperanza de que el acuerdo “contribuya a lograr las aspiraciones del pueblo sudanés de una manera que preserve los logros políticos y económicos y proteja la unidad entre todos los componentes”.
La Unión Africana lo acogió como “un paso importante hacia el retorno al orden constitucional”, alentando a todas las partes a “implementarlo de manera inclusiva y eficaz”.
El acuerdo, que se produce después de las conversaciones de crisis que involucran a actores sudaneses, de la ONU, africanos y occidentales, declaró que la decisión del general Abdel Fattah Al-Burhan “de relevar al primer ministro de transición (de sus funciones) se cancela”.
Dijo que todos los detenidos políticos serían liberados y relanzaron formalmente el frágil proceso de transición hacia la democracia plena que comenzó después de la destitución del expresidente Omar Bashir en 2019.
Miles de manifestantes rechazaron el acuerdo y realizaron nuevas protestas, gritando “no al poder militar” y exigiendo que las fuerzas armadas se retiren por completo del gobierno.
Un niño de 16 años recibió un disparo en la cabeza y resultó fatalmente herido en Omdurman, la ciudad gemela de Jartum, según los médicos, que informaron de “numerosas” personas con heridas de bala después de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El general Al-Burhan apareció en el palacio presidencial en Jartum para una ceremonia televisada con un primer ministro de aspecto demacrado, Abdalla Hamdok, que salía de semanas de arresto domiciliario.
El acuerdo de 14 puntos que firmaron restaura oficialmente la transición a un gobierno civil que había sido descarrilado por el golpe de estado del 25 de octubre en el país africano asolado por la pobreza.
Hamdok elogió la “revolución” del poder popular que lo llevó al gobierno y declaró que la máxima prioridad ahora era “detener el derramamiento de sangre en Sudán antes que cualquier otra cosa”. “Dejamos la elección de quién gobierna Sudán a su pueblo poderoso”, dijo.
El general Al-Burhan agradeció a Hamdok por su servicio y prometió que se celebrarían “elecciones libres y transparentes” como parte del proceso de transición.
Sin embargo, en las afueras del palacio presidencial y en ciudades de Sudán, miles de personas volvieron a manifestarse, enfrentadas en la capital por las fuerzas de seguridad que lanzaron gases lacrimógenos, la última de una serie de protestas que, según los médicos, han costado 41 vidas.
El principal bloque civil que encabezó las protestas contra Bashir y firmó el acuerdo de reparto de poder de 2019 con los militares rechazó enérgicamente el acuerdo del domingo.