Yemen; expectante ante alto el fuego por Ramadán.
El alto el fuego negociado por la ONU en todo el país que entró en vigor el sábado por la noche ofreció a Yemen, devastado por la guerra, un atisbo de esperanza, aunque muchos yemeníes no están seguros de que la tregua signifique el fin del conflicto de siete años que ha amenazado a millones con la pobreza, la falta de vivienda y el hambre.
Después de numerosos intentos fallidos de paz y más de un año de escalada de violencia, los yemeníes recibieron la noticia con cautela.
La tregua de dos meses, que coincide con el inicio del mes de ayuno musulmán del Ramadán, es la primera vez desde 2016 que las partes en conflicto acuerdan un cese de hostilidades en todo el país. El alto el fuego debía entrar en vigor a las 7 p.m. hora local y se puede renovar.
El acuerdo incluye el cese de las operaciones militares ofensivas, incluidos los ataques transfronterizos, y también permite la importación de combustible en áreas controladas por el grupo Houthi alineado con Irán y algunos vuelos comerciales para operar desde Sanaa, la capital controlada por los Houthi.
Una coalición militar encabezada por Arabia Saudí, que intervino en marzo de 2015 en apoyo del gobierno yemení contra los huzíes, controla los mares y el espacio aéreo de Yemen.
El enviado especial de la ONU, Hans Grundberg, ha dicho que presionará por un alto el fuego permanente. Los enviados de la ONU y Estados Unidos en Yemen habían estado tratando desde el año pasado de diseñar una tregua permanente necesaria para reactivar las negociaciones políticas estancadas. Los huzíes querían que se levantara primero el bloqueo de la coalición, mientras que la alianza buscaba un acuerdo simultáneo.
“Damos la bienvenida a este desarrollo esencial para millones de yemeníes que necesitan un respiro después de años de luchas incesantes”, dijo el Consejo Noruego para los Refugiados, una agencia humanitaria que opera en Yemen. “Realmente esperamos que este sea el comienzo de un nuevo capítulo”.
El conflicto es ampliamente visto como una guerra de poder entre los musulmanes sunitas de Arabia Saudita y los chiítas de Irán.
Irán dijo el sábado que esperaba que la tregua pudiera presagiar un levantamiento completo del bloqueo y un alto el fuego permanente.