La sistematización de las nuevas reglas.
La guerra de Ucrania le ha mostrado al mundo que el sistema internacional actual no es sostenible y no funciona bien. Principalmente, los fundadores del sistema, es decir, los países occidentales, no respetan las normas, reglas y principios básicos del sistema internacional y las decisiones de las instituciones internacionales. Los países occidentales han estado explotando y, si es necesario, violando los principios políticos y económicos del sistema internacional. Recientemente, otros actores globales se han unido a los países occidentales para tomar acciones unilaterales e intervenir en los asuntos internos de otros estados. Así, se ha roto el monopolio occidental de violar las normas internacionales. Muchos han comenzado a usar la fuerza militar para maximizar sus respectivos intereses nacionales.
En este contexto, la crisis de Ucrania puede considerarse un parteaguas en la política internacional por varias razones. En primer lugar, cuando Rusia ocupó y se anexó ilegalmente la península de Crimea en 2014, los países occidentales no respondieron adecuadamente. En lugar de castigar severamente a Rusia, los países occidentales repitieron la forma rusa de hacer política en otras partes del mundo. Por ejemplo, solo tres años después de la anexión ilegal de Crimea, el gobierno de EE. UU. reconoció la anexión de los Altos del Golán por parte de Israel. Así, la “anexión por ocupación” se ha convertido en la regla para los estados poderosos. Esto allanará el camino para que los estados más poderosos ocupen y se anexionen a los estados más débiles del sistema, lo que provocará más caos a escala global.
Además, la guerra de Ucrania ha demostrado que el sistema de la ONU no funciona, ya que no puede brindar soluciones a importantes crisis internacionales. La ONU no puede tomar ninguna decisión efectiva contra uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU debido a su poder de veto. Especialmente con el sistema global multipolar emergente y las relaciones cada vez más conflictivas entre las potencias globales, es casi imposible para las potencias occidentales aprobar cualquier resolución a través del Consejo de Seguridad. En otras palabras, las organizaciones internacionales como la ONU y sus instituciones especializadas ya no sirven a los intereses de los países occidentales, al menos como ellos esperan. Por el contrario, debido al creciente poder y eficacia de los países no occidentales, las organizaciones internacionales a menudo toman decisiones antioccidentales. Por ejemplo, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución en 2017 declarando el reconocimiento de Estados Unidos de la “Jerusalén unida” como la capital de Israel como “nulo e inválido”, ya que el reconocimiento de Estados Unidos fue una desviación de las resoluciones anteriores del Consejo de Seguridad y las leyes internacionales vigentes. normas
En segundo lugar, la guerra de Ucrania ha demostrado al mundo que los países occidentales ya no pueden reclamar superioridad moral sobre ningún otro estado, ya que han demostrado que las normas de derechos humanos solo importan cuando se violan contra un país occidental/europeo. Desafortunadamente, los países occidentales no cuestionaron mucho los asesinatos en masa por parte del ejército ruso en la crisis de Siria o Libia. Por otro lado, para los países occidentales, la legitimidad y la violación tanto del atacante como del atacado dependen del contexto. Es decir, cuando Rusia viola los derechos de los no europeos, los países occidentales generalmente permanecen indiferentes. Sin embargo, la violación rusa de los derechos de una nación europea, es decir, los ucranianos, será castigada por Occidente.
En otras palabras, la guerra de Ucrania ha revelado que los países occidentales no se adhieren a los valores universales y las normas internacionales. Ahora está claro que los países occidentales no respetan los derechos humanos universales ni se preocupan por la vida de los pueblos no occidentales. No sólo permanecen indiferentes a las violaciones de los derechos humanos en otras partes del mundo, sino que directa o indirectamente provocan estas violaciones de los derechos humanos. Por lo tanto, los países occidentales pueden ser considerados responsables de asesinatos en masa en diferentes guerras civiles o regionales debido a la venta de armas a los bandos en guerra o al apoyo a uno de los actores en guerra.
En tercer lugar, con la invasión de Ucrania, Rusia ha violado los principios básicos del derecho internacional, como la no intervención en los asuntos internos de otro país, el respeto por la integridad territorial y la independencia política de otros países. No hay duda de ello. Sin embargo, esto no significa que los países occidentales se adhieran a estos principios. Occidente ha estado interviniendo con insistencia en los asuntos internos de Oriente Medio, África y América Latina. Desafortunadamente, Ucrania también es un caso así. Rusia ha estado interviniendo en los asuntos internos de Ucrania desde la declaración de su independencia. Sin embargo, Occidente también intervino directa o indirectamente en los asuntos internos de Ucrania. Los países occidentales no permitieron que los políticos prorrusos llegaran al poder o permanecieran en el poder en 2004 y 2014. Desafortunadamente, Ucrania ha estado en la mesa de los dos estados en conflicto durante las últimas dos décadas.
Cuarto, Moscú ha estado expresando insistentemente su oposición a la membresía de Ucrania en la OTAN. Aunque Rusia declaró que la membresía de Ucrania en la OTAN era una línea roja, los países occidentales insistieron en que Ucrania se convertiría en miembro de la OTAN. Al final, Ucrania no se convirtió en miembro de la OTAN y la OTAN no la defendió contra la invasión rusa. Ahora, los líderes ucranianos han declarado que están listos para discutir el estatus de “neutralidad permanente” de su estado. Es decir, no hay motivo para que el Estado ucraniano y su pueblo paguen el precio del éxito de las políticas de los países occidentales.
Nada puede justificar la invasión rusa a Ucrania. Rusia ha violado los principios fundamentales del derecho internacional y está cometiendo crímenes en Ucrania. Del mismo modo, Occidente debe detener la instrumentalización del Estado ucraniano y su pueblo. Aunque Ucrania está atrapada entre las potencias mundiales, Occidente y Rusia, ninguna de las partes tiene derecho a instrumentalizar las vidas y los derechos del pueblo ucraniano. Ningún objetivo político supremo puede justificar el asesinato de personas inocentes, ya sea en Europa o en otras regiones y continentes del mundo.